El proyecto PORTIONS-4 tuvo como principal objetivo probar la eficacia de un conjunto de estrategias teóricas y prácticas enfocadas a facilitar una alimentación saludable y equilibrada entre las personas con exceso de peso. Un segundo objetivo fue identificar las posibles barreras que puedan afectar la adherencia a los programas de pérdida de peso y por tanto su eficacia, entre esta población. Los resultados han permitido avanzar el conocimiento sobre qué tipo de estrategias pueden ser efectivas para el cambio de hábitos en el contexto de una intervención nutricional enfocada a la mejora de hábitos, incluyendo la alimentación, la actividad física y la gestión emocional. Los hallazgos son igualmente relevantes para la población general, tanto para mantener un buen estado de salud como para prevenir futuras complicaciones asociadas con el estilo de vida. El proyecto se complementó además con el desarrollo de nuevas tecnologías basadas en la captura y procesado de imágenes, que puedan ser aplicadas a la medida del comportamiento alimentario tanto dentro como fuera del laboratorio.
¿Por qué este proyecto?
A la mayoría de personas nos cuesta recordar lo que hemos ingerido en nuestra última comida. Eso es porque muchas veces, nos servimos y comemos de forma casi inconsciente, en el trabajo, delante del televisor o cenando con amigos. Dado que el 90% de lo que nos servimos tiende a ser consumido, la elección de los alimentos y en especial sus cantidades, es un paso crucial a tener en cuenta si queremos mejorar nuestra dieta. En este sentido, el contar con instrumentos prácticos que nos guíen sobre qué y cuánto servirnos de forma visual y directa, sin tener que utilizar balanzas o contar calorías, puede resultar una estrategia atractiva.
En nuestra investigación previa (PORTIONS-1, 2 y 3) demostramos que el uso de platos, cucharas y dispensadores de aceite calibrados (que indican las cantidades mediante marcas visuales o restricción del volumen), pueden ayudar a consumir menos hidratos de carbono, menos aceite y en algunos casos, más fruta, cuando se utilizan de forma correcta al servirse una comida como parte de un ensayo de laboratorio. Dado que no nos comportamos igual cuando nos están observando, frente a cuando estamos en nuestras casas, la cafetería o simplemente con otras personas, y a que nuestros hábitos pueden también cambiar a lo largo del tiempo, es necesario comprobar estos resultados fuera del laboratorio, en el contexto del día a día y durante un periodo largo de tiempo.
Por otra parte, estudiar bien cómo actuamos frente a la comida en nuestro ambiente natural, es un reto pendiente en la investigación conductual. Los datos obtenidos en estudios de laboratorio tienen la ventaja de ser fiables al estar mayoritariamente libres de artefactos. Es decir, en estos ensayos, se controlan las influencias que pueden enmascarar los resultados para poder tener una mayor certeza de que los efectos observados se deben a la exposición al factor que se pretende estudiar y no a otros. Sin embargo, este mismo ambiente tan controlado hace dichos estudios poco representativos de la vida real y puede incluso inducir a cambios en nuestra conducta sin que nos demos cuenta, especialmente en lo relativo al comer. Hasta el momento, en nuestros proyectos se han empleado sistemas sofisticados de observación basados en gafas comerciales. El alto coste de las mismas y su alta sensibilidad obliga a realizar los experimentos en condiciones de laboratorio lo cual limita el alcance de los resultados obtenidos. Es por eso esencial explorar nuevos métodos aplicables fuera del laboratorio que permitan análisis en condiciones más espontáneas y naturales, pero manteniendo una precisión aceptable.
¿Qué se investigó?
En este proyecto se llevaron a cabo dos tareas principales. Por un lado, se realizó un ensayo clínico a medio plazo para estudiar el impacto de una intervención global enfocada al cambio de hábitos y en particular, el control de raciones, en personas con exceso de peso (ensayo liderado por la UNAV). Por otro lado, se exploró la aplicación de tecnologías de captura de imagen para el análisis del comportamiento alimentario en remoto (tarea liderada por la UPNA).
En el ensayo clínico PORTIONS-4 se estudió el efecto de una cuchara para servir y una aceitera calibradas sobre la dieta y marcadores de la composición corporal en 40 personas adultas con sobrepeso u obesidad, como parte de un programa de pérdida de peso de 6 meses. Los participantes utilizaron los instrumentos en su ambiente natural, para preparar y servirse sus propias recetas en su casa y recibieron seguimiento telefónico por parte del personal investigador cada 15 días, más seguimiento clínico presencial cada 3 meses.
Todos los voluntarios contaron además con una aplicación móvil de apoyo (a los 3 meses), y una guía física (desde el principio), desarrollada por nuestras dietistas-nutricionistas y psicólogos, con consejos prácticos para el uso de los instrumentos, así como información sobre alimentación, movimiento y bienestar emocional. Los participantes rellenaron registros bisemanales de sus comidas y del uso de instrumentos, y asistieron a tres visitas clínicas donde se midió la composición corporal, los niveles de glucosa (azúcar), colesterol y grasas en sangre, las sensaciones de hambre y saciedad, conocimientos sobre menús equilibrados, y la capacidad de controlar impulsos frente a alimentos sabrosos utilizando un test por ordenador y electroencefalografía (una técnica para medir la actividad cerebral).
Además, se invitó a un grupo de 8 participantes seleccionado al azar a asistir a una sesión grupal de 90 min donde se recogieron sus opiniones sobre las barreras y facilitadores relativas a la intervención tras tres meses de iniciar el programa. Finalmente, se pasó una encuesta de valoración del programa a todos los participantes que lo completaron hasta el final.
En lo que respecta al desarrollo tecnológico, desde la UPNA se ha estado trabajando en la técnica de seguimiento ocular (eye-tracking en inglés) que junto con otros métodos fisiológicos (ej. electroencefalografía), permiten un análisis objetivo de los procesos implicados en el control sobre la comida. Este tipo de datos es interesante por permitir una aproximación del nivel de atención de la persona de forma no invasiva.
Principales hallazgos
En general, la intervención clínica PORTIONS-4 fue bien valorada por los participantes, quienes puntuaron su satisfacción con la organización y el diseño del estudio con 9,2 puntos sobre 10. También puntuaron muy bien (por encima de 8 sobre 10) aspectos como su utilidad, lógica y la probabilidad de continuar. Estos resultados sin embargo se obtuvieron a partir de la submuestra de participantes que completaron el estudio y la encuesta de valoración final, que fue únicamente de 23, debido a la alta tasa de abandonos, que fue de alrededor del 40%. Los retiros se produjeron mayoritariamente a los 3 meses de intervención y afectó tanto a hombres como mujeres sin influencia del nivel de índice de masa corporal (IMC) o rasgos del perfil alimentario. Las causas más comunes de abandono fueron la incompatibilidad horaria, movilidad, expectativas y la naturaleza auto aplicada de la intervención.
Los participantes reportaron un mayor uso de la guía y la app justo tras recibirlos, mientras que las cucharas y aceitera se utilizaron de forma más continuada, siendo el formato más común su uso combinado en las comidas, seguido de la aceitera sola en las cenas. Entre los 23 participantes que llegaron al final de la intervención, se observó una ligera mejora de su composición corporal, especialmente en la circunferencia de cintura, sin embargo, la diferencia no llegó a ser estadísticamente significativa, al igual que para el peso y el IMC, debido posiblemente a la pérdida de tamaño de muestra. No se observaron cambios en el tiempo en los marcadores fisiológicos (glucosa, insulina, hormonas), ni en las sensaciones de hambre y saciedad.
Por otro lado, sí se detectó una mejora en los conocimientos acerca de menús equilibrados, que, aun siendo ya altos de partida, mejoraron al final del estudio, lo que sugiere que los participantes retuvieron parte de la educación nutricional teórica ofrecida. Este resultado se confirmó con los datos de ingesta analizados en los primeros 16 voluntarios, que indicaron un aumento del consumo de agua, disminución del consumo calórico (menos hidratos de carbono, proteínas y grasa) y disminución de la densidad energética de la dieta en general. Estos hallazgos son prometedores pues confirman la efectividad de la intervención siempre que exista suficiente adherencia a ella.
En cuanto a la capacidad de controlar impulsos, el test por ordenador reveló un mejor control inhibitorio frente a fotografías de alimentos que de objetos (ej. ítems de despacho, limpieza o deporte). Esto podría sugerir una mayor familiaridad con los alimentos o incluso sesgo hacia estos, en la población de estudio (adultos con exceso de peso). En estos momentos está pendiente contrastar estos datos con los de actividad cerebral cortical, pero por ahora se ha determinado que el test de encefalografía mostró una alta precisión general (>95%) en todas las condiciones.
Los resultados de las sesiones grupales confirmaron que la intervención fue bien recibida: los participantes la describieron como fácil, práctica y adaptable. Destacaron beneficios como el control de raciones y el aumento de energía al reducir el azúcar. No obstante, también señalaron dificultades, como el uso de los instrumentos fuera de casa, la constancia en los registros y problemas técnicos con la aplicación móvil. Las herramientas como la cuchara medidora y la aceitera tuvieron valoraciones mixtas, y se propusieron mejoras como la incorporación de gráficos visuales simples en la app para facilitar el seguimiento del progreso. El estudio permitió identificar aspectos clave para mejorar futuras intervenciones de este tipo.
En lo que respeta a las tecnologías, en el proyecto PORTIONS-4 se ha dado el primer paso para conseguir un sistema de seguimiento de la mirada que funcione en condiciones no controladas, fuera del laboratorio, basado en una bandeja con una cámara integrada de bajo coste de manera que permite analizar en reomoto la mirada del usuario sin necesidad de usar dispositivos específicos sobre el usuario.
Conclusiones y futuros pasos
El proceso de cambio de hábitos representa un reto importante para la mayoría de personas, en particular si los hábitos involucran nuestra forma de interactuar con la comida. Para que un programa de pérdida de peso sea efectivo, es imprescindible, además de iniciar cambios, que estos se mantengan en el tiempo. El presente proyecto ha confirmado estas tendencias, permitiendo, además, ganar conocimiento acerca de qué estrategias psicológicas, nutricionales y tecnológicas pueden resultar más efectivas, a la hora de diseñar intervenciones de esta naturaleza, y qué dificultades o barreras deben considerarse, incluidas aquellas que llevan a la falta de adherencia.
El siguiente paso en nuestra investigación será mejorar dichas estrategias y tecnologías y ensayarlas en una muestra de mayor tamaño entre la población con exceso de peso, utilizando además un grupo control que reciba el mismo nivel de seguimiento, pero sin los instrumentos experimentales (cucharas, libro, etc.), para permitir una mejor cuantificación del impacto de cada componente en la salud del paciente. En este nuevo proyecto se analizarán además los mecanismos del eje intestino-cerebro implicados en la regulación del hambre y la pérdida de peso, y se explorarán nuevas versiones de la tecnología eye-tracker con capacidades mejoradas para la detección de estímulos en entorno doméstico. Este nuevo proyecto (PORTIONS-V), cuenta con la financiación del Gobierno de Navarra y está programado para iniciarse en el 2026 (más información disponible a partir de septiembre de 2025 aquí).