¿Se puede hablar de excelencia científica sin tener en consideración una variable tan importante como el sexo-género?

¿Se puede hablar de excelencia científica sin tener en consideración una variable tan importante como el sexo-género?

Esta es una pregunta que en algunos países pioneros como Noruega, Suecia o Canadá, llevan respondiendo décadas, y donde ya existen iniciativas para mejorar la calidad de la ciencia promoviendo la integración de la dimensión de género tanto en el diseño de la investigación como en el análisis de sus resultados. En nuestro país hace pocos años que se ha empezado a plantear esta cuestión. ¿Y en Navarra?

Pues bien, nuestra Ley Foral de Ciencia y Tecnología, aprobada en 2018, y enmarcada en las líneas estratégicas europeas y nacionales, ya en su preámbulo indica que “se incorpora la perspectiva de género como una categoría transversal en la investigación científica y técnica que debe ser tenida en cuenta en todos los aspectos del proceso para garantizar la igualdad efectiva entre hombres y mujeres.”

Se puede pensar que hay campos de la I+D+i donde esta pregunta no es pertinente. Sin embargo, nosotras consideramos que siempre plantearse esta pregunta es pertinente para alcanzar la excelencia científica, si bien la respuesta puede dar o no paso a una investigación con dimensión de género. Y proponemos a nuestro sistema Navarro de Innovación (SINAI) planteárselo en serio, pues el ámbito científico-técnico no es un reducto aséptico inmune a los sesgos de género.

Por ejemplo, esos sesgos hacen que la mayoría de las investigaciones básicas con modelos animales se centren en los machos y excluyan a las hembras. Y cuyos resultados en los machos se generalizan sin justificación a las hembras. Incluso algunas enfermedades que ocurren más a menudo en mujeres se estudian en animales machos en su mayoría.

Otro sesgo lo encontramos en las pruebas de impacto de los coches, que se llevan a cabo con maniquíes de prueba estandarizados basados en las mediciones, peso y masa muscular de un hombre promedio.

Y también encontramos sesgos de género en la Inteligencia Artificial, donde los algoritmos de los asistentes virtuales de Apple, Google y Amazon refuerzan aún más los estereotipos de género, según un reciente informe de la ONU.

¿Y qué pasa en Navarra? Si en SINAI (Sitema Navarro de Innovación) abordamos esta cuestión en conjunto, estaremos a tiempo de ser pioneros en nuestra comunidad en un tema tan innovadoramente esencial como este.



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