Recientemente, acaba de finalizar el primero de los dos años en los que está dividido este proyecto y las principales acciones realizadas han sido las siguientes:
Por un lado, en lo que respecta a las acciones llevadas a cabo por LUREDERRA, éstas se centraron en el desarrollo y caracterización de dos recubrimientos nanotecnológicos: uno específico para metales y otro específico para plásticos. Químicamente, ambos están constituidos por unas matrices nanotecnológicas que aportan las características planteadas con las que promover la reutilización de instrumental quirúrgico. Asimismo, se realizó una completa búsqueda bibliográfica con el fin de preseleccionar los materiales base sobre los que aplicar los recubrimientos desarrollados. De todos ellos, se eligió el acero inoxidable AISI 316 y el policarbonato por ser los que mejores propiedades físico-químicas presentan. Seguidamente, se aplicaron los recubrimientos sintetizados sobre dichos materiales, optimizando la formulación química, condiciones de preparación, posibles pre-tratamientos, tiempos de aplicación, temperaturas de curado, hasta asegurar una completa adhesión de los mismos.
Por otro lado, en lo que respecta a las acciones llevadas a cabo por la UNAV, éstas se centraron en la selección y adquisición de la línea celular que se utilizaría en los estudios de citotoxicidad y en la generación de un banco maestro y de un banco de trabajo, así como en la revisión de las guías ISO de aplicación con objeto adaptarlas a los materiales recubiertos a ensayar. También se definió un protocolo para la evaluación de la citotoxicidad de recubrimientos nanotecnológicos en la línea celular seleccionada. Finalmente, se realizaron los estudios de citotoxicidad GLP-like de los recubrimientos nanotecnológicos aplicados sobre los materiales de interés elegidos, obteniéndose unos resultados finales muy satisfactorios que mostraron su no toxicidad cuando se aplican bajo unas condiciones determinadas.
En conclusión, puede decirse que el proyecto REUSECOV ha completado su primera anualidad de manera muy satisfactoria y siguiendo el plan establecido. Con todo, los siguientes pasos, encuadrados en la anualidad de 2019, consistirían en la realización de ensayos biológicos y físico-químicos más avanzados que aseguren completamente que los recubrimientos desarrollados pueden ser considerados como productos sanitarios, así como en la aplicación sobre instrumentación real con sus morfologías específicas.